Hasta hace no mucho cuando se decía que una aplicación médica estaba en proceso de localización casi siempre nos referíamos al hecho de localizar y adaptar el software interno (firmware) o el externo (aplicación o programa informático independiente e instalable en un sistema operativo de terceras partes) asociado con un dispositivo médico concreto (una gammacámara, un electrocardiógrafo, etc.). Si hablábamos de una aplicación externa rápidamente asociábamos dicha aplicación a un entorno Windows o Mac sobre el que se ejecutaba dicha aplicación, así como su interfaz con el dispositivo médico o de laboratorio.
Esta realidad está cambiado a marchas forzadas de la mano, sobretodo, de los smartphones y tabletas, esos inteligentes compañeros de los ciudadanos TIC. Incluso el sistema operativo sobre el que se ejecutan estos programas y aplicaciones ha cambiado y ahora Android e iOS han pasado a ser los nuevos soportes digitales para dichas aplicaciones (apps). Si bien la ley española y comunitaria (véase una entrada anterior en esta misma bitácora http://tradprodsan.blogspot.com/search/label/bases%20legales) estipula que las aplicaciones de software que formen parte de un dispositivo médico deben estar localizadas al idioma oficial del estado en el que se comercializan, estas pequeñas apps escapan un poco a esa jurisprudencia, pues muchas de ellas son de uso privado, entre profesionales médicos concretos y sin vinculación directa con un dispositivo médico concreto.
En general estas aplicaciones son de bajo coste o gratuitas, lo que hace que sus creadores no apuesten por un gasto (visto como una commodity) en localización, incluso cuando las ventajas de difusión y expansión son claras. Es más, en muchos casos ni siquiera los creadores de las aplicaciones más profesionales tienen entre sus principales objetivos la localización de sus programas, siendo en muchos casos una verdadera pena que un esfuerzo de programación enorme no se vea difundido entre un mayor número de profesionales.
Es evidente que para los traductores médicos existe un amplio campo de operaciones en este sector, ya que el 80 por ciento de dichas aplicaciones se genera exclusivamente en inglés y deberíamos intentar "presionar" para que la tendencia hacia la localización de estos programas sea una constante y no una esporádica explosión de "generosidad lingüística". Evidentemente no es lo mismo hablar con un desarrollador de una aplicación de bajo coste o gratuita que con una gran empresa de software que desarrolla programas comerciales (ya sea para equipos tradicionales, o para dispositivos móviles). Las necesidades, los presupuestos e incluso la infraestructura suele ser muy diferente.
Mi experiencia es que antes de abordar a los grandes desarrolladores deberíamos intentar contactar con los pequeños jugadores y ofrecerles nuestra colaboración para la difusión de sus aplicaciones en el mercado de nuestro idioma. Estos pequeños desarrolladores, en su mayoría suelen ser receptivos y la colaboración, si bien podría no reportarnos ingresos "sustanciales", si podría engrosar nuestro bagaje técnico y que nuestro nombre apareciera en los créditos del programa, una especie de acreditación legal de nuestra participación.
Creo que el tema da para mucho más y tengo intención de intentar mostrar cómo desde un Mac o un PC se pueden localizar aplicaciones para IOS y Android, lógicamente nos centraremos en aplicaciones para el sector médico.